PALABRA ARMADA: De tu boca a su mente y corazón.
- Carla Palou
- 15 mar 2019
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 15 mar 2019
¿Tus palabras construyen o destruyen?

hoy es día de blog y platicaremos de un tema importantisimo y muy común, es realmente sorprendente que no seamos conscientes de lo que decimos, hacemos y de la magnitud o impacto que esto tiene en la vida de alguien más, que siempre termina por ser un ser alguna persona amada (pareja, amigo, hija, etc.)

Moría por contarles que el día de hoy conversé con alguien que está en la lucha de pasar un examen y en el que no le ha ido tan bien. Me decía que sus calificaciones distaban mucho de lo que, según sus propias palabras, merecía por el tiempo y el esfuerzo que dedicó a estudiar, me decía que no entendía por qué no “le entraba” la información en la cabeza. Sentía como un blindaje en su mente, que le impedía aprender. Después agregó: “Mi papá tiene razón”. Un día me dijo: « ¡Pero qué torpe eres! ¡Pero qué tonto eres! ¡No puede ser que no aprendas nada!
Me duele en el alma cómo una afirmación dicha en un mal momento, puede causar tanto daño a futuro y estoy súper segura que en aquel tiempo de niño, aceptó ese decreto que ponía en juego su capacidad de retención y, por venir de la figura paterna, alguien a quien ella ama y respeta, lo tomó como un hecho, casi como una orden.
Es fácil imaginar un resultado diferente si ese padre hubiera tenido la paciencia y la prudencia para decir palabras que construyen: “¡yo sé que tú puedes!”, “tengo fe en ti”, “no dudes de tu capacidad”, “a veces las cosas no salen bien, pero estoy seguro de que te va a ir mejor”. Quienes tuvimos la gran fortuna de recibir estímulos positivos por parte de nuestros padres, sabemos lo que causan en nuestro interior.
Wowwwww sé que así como yo, tu estas impactado… y no con esto estoy diciendo que a los hijos no se les debe corregir o no debe existir molestia con ellos… vamos a enfocarnos solo en el alcance que tienen nuestras palabras, porque este es el ejemplo de una joven pero y tú? sientes que algo de tu infancia te ancla al día de hoy? sientes que algo no te permite avanzar? o sientes que algo que no te gusta o te hace insegura (o) de tu forma de ser este asociado a algo atras?
El poder de las palabras es tremendo, y más si vienen de alguien importante para nosotros hablando de mama, papa, hermanos, amigos, quien sea que represente o sea figura significativa en nuestra vida.

Miguel Ruiz, en su libro “los cuatro acuerdos”, recalca la importancia de ser impecable con las palabras. Impecable significa “sin pecado”, y expresa lo que para él es la mejor definición de pecado: lo que hacemos contra alguien o contra nosotros mismos.
Cuando herimos con la palabra cometemos un daño imposible de medir; sólo con el tiempo veremos los estragos.
Este es un tema que moría por escribir pero hoy por hoy me encuentro en una etapa complicada porque tengo muchas cosas bonitas en puerta que me generan mucho trabajo, pero justo después de esa conversación yo sentía que nada podía detenerme a escribir. Considero que la paciencia y la prudencia son valores que debemos alimentar y fortalecer continuamente desde que somos pequeñitos y por siempre.
ahora hagamos un ejercicio… listo?? ¿Tus palabras y actos construyen o destruyen? ¿Utilizas la fuerza de tus palabras para hacer sentir bien y motivar a quienes te rodean, o para apachurrar, destruir o bajar la autoestima?

DUDASTE DE TU RESPUESTA??...Es imprescindible darnos cuenta y buscar caminos para la reparación y evitar que esto se repita, puede mejorar la calidad de cualquier relación y por esto me gustaría que se entendiera por relación de amistad, pareja, hermana, hija, tía, abuela... Cualquier tipo de relación interpersonal en la que interfiere el sentimiento de amor
Pero… ¿Sabemos realmente cuando o como lastimamos a esas personas que nos quieren y que nosotros queremos?
Cuando lastimamos a quien nos ama, generalmente se da por expectativas no cumplidas y/o un desbalance en la reciprocidad. Estos actos de bondad o romance que hacemos para que sepan la magnitud en la que los amamos o viceversa, al no sentir correspondencia en la misma medida, tenemos a sentirnos lastimados o rechazados.
Y es muy real que al amar se depositan demasiadas expectativas en la persona que se ama (pareja, un amig@, familia) y esta puede convertirse tanto en nuestras más grande fuente de placer como de dolor.
Como también es real que en el mundo que nos encontramos justo en este momento entre las múltiples tareas que uno tiene en casa, en el trabajo y en la vida social tendemos a omitir:
Ser recíprocos o agradecidos con lo que recibimos del otro.
Pero qué hacemos?
Todos en algún momento de nuestras vidas hemos lastimado a más de una persona que nos ama o nos amó y la realidad es que no existe una receta en específico… si, algunas recomendaciones que si bien no es fácil seguir pudieran ayudar.
Ese sentimiento profundo que entra a tu corazón y se siente clavado después de hacer o decir eso de lo que te arrepientes … es real y no solo lo sintió a quien lastimaste, también a ti te lastima y pudieras darte o no cuenta del daño tan importante que te causas y le causas.
Considero y según algunas citas bibliográficas que la claridad con la que nos expresamos y la apertura a recibir información de nuestros seres queridos son la mejor receta... ES IMPORTANTE QUE AL HABLAR DE CLARIDAD CUIDEMOS QUE NO SEA LESIVA.
Existen diferentes situaciones identificadas al lastimar a quien amamos, sin la intención de hacerlo algunos ejemplos claros son estos:
Lucha de poder (exponer los puntos fuertes para que el otro lo note, atacando o minimizando las cualidades del otro, para que nuestra “victoria” sea aún más grande)
La confianza y sinceridad distorsionada (ser menos cuidadosos en la forma de actuar, decir, pedir las cosas)
Los mecanismos de defensa (inconscientes que se construyen para lidiar y sobrellevar pensamientos y sentimientos inaceptables en nuestra consciencia o necesidades insatisfechas del a infancia como: la negación, la ley del hielo, represión de emociones o castigar la confianza diciendo “mejor ya no te cuento” “ ya no te vuelvo contar”)

Sabías que… lo que no se dice, se actúa. Y si bloqueamos de nuestra consciencia las necesidades y la vulnerabilidad que tenemos , jamás podremos construir una relación sólida...…y un ejemplo muy claro esta en estas frases: “no es para tanto” "ya , ahorita voy por lo que me pediste” sin tomar en cuenta que lo que puede ser que lastime no es la acción, sino la falta de atención o el mensaje que se recibe con la falta de ésta, que puede ser un: “no te importo”
Lastimar sin querer a quien amas en una señal inequívoca de conflicto interno
Lastimar a quien amamos, con la intención de hacerlo frecuentemente involucra una falta total de recursos para el manejo de sentimientos de enojo o frustración
Ahora bien, hablemos de estar del otro lado, de ser víctimas de quien utiliza sus palabras para ofendernos. Siempre habrá personas que deseen dañarnos, ya sea por envidia, por costumbre, por necesidad o... ¡sabrá dios por qué razones! en esos momentos es fundamental poner en marcha nuestra capacidad de razonar y controlar la ira, tomando las palabras de quien vienen (ya sé que fácil decirlo y complicado ponerlo en práctica)
Y no perdamos de vista que detrás de alguien difícil siempre hay una historia difícil.
Muchas personas pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les dijo. Lo cierto es que no tenemos por qué tomar todo lo que nos ofrecen; nadie nos obliga a aceptar esos “obsequios” y a sentirnos mal por eso.
Cada uno de nosotros necesita saber que tiene un lugar importante en el mundo y en el corazón de las personas que ama, pero para obtener ese amor y ese lugar, no es necesario lastimar, sino abrir tu corazón a lo que sientes y quieres.
Utilicemos las palabras y actos para construir, no para destruir, para hacer sentir bien e importante a la gente que nos rodea, son ellos quienes serán las más agradecidas con esto.
no cambies por necesidad, cuando por dañar tanto a la gente que te rodea sientas los estragos de la soledad, así como resentimiento por parte de nuestros seres queridos. No esperes a llegar a cambiar CUANDO SEA muy tarde y no SEA fácil reparar el daño.
PUEDES cambiar hoy mismo si así lo deseas, por algo se empieza y todo suma.

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